Gylt, el videojuego que arroja luz al acoso escolar

Gylt, el videojuego más icónico del malogrado Google Stadia llega a consolas y PC para ofrecer una experiencia de terror y concienciación del bullying en las aulas

Los desarrolladores del estudio español Tequila Works no son precisamente novatos a la hora de tratar temas que dan que pensar y a los que no estamos acostumbrados a ver ni interactuar de manera seria en los videojuegos. Un ejemplo sin ir más lejos es RiME enfocado en la muerte y las diferentes fases del duelo. Por ello, cuando anunciaron que Gylt estaría centrado en el acoso escolar lo primero que a uno se le viene a la mente es que este juego va a dar que hablar. Y lo hizo, pero no precisamente por el tema que aborda, que también, sino porque solamente estaría disponible en Google Stadia. No obstante, la suspensión del servicio de juegos por streaming a comienzos de año y el anuncio de que este título llegaría al resto de plataformas ha permitido que el resto de jugadores tengan la posibilidad de disfrutar de la obra de un estudio que cada vez es menos indie.

La historia de Gylt nos presenta a Sally, una joven en plena búsqueda de su prima pequeña Emily la cual lleva un tiempo desaparecida. Todos en el pueblo de Bethelwood parecen haberse resignado a buscarla, excepto ella, que continúa pegando carteles con su cara. Por una experiencia de acoso, Sally se ve obligada a huir a través de un teleférico y, para su sorpresa, acaba en un pueblo que sería idéntico al suyo de no ser porque está totalmente destrozado y sin nadie en las calles, salvo por la propia Emily que huye para esconderse en el colegio.

Por tanto, en esta especie de realidad alternativa deberemos acompañar a Sally principalmente por el colegio, con aulas y pasillos destrozados, entornos con llamas y suelos electrificados, situaciones que no serán el peor de nuestros problemas. Tampoco falta una sala de recreativas y el campus del propio colegio con el gimnasio, un auditorio y un centro artístico. Enclaves de reunión de jóvenes y propios del bullying.

Frente a Sally encontraremos una serie de criaturas que no nos pondrán las cosas fáciles. Suelen ser seres antropomorfos que reaccionan de distinta manera ante nuestra presencia. Uno nos atacará arañándonos, mientras que otro con forma de cuervo se teletransporta, tampoco falta una especie de muñeca articulada cuyo grito, además de quitarnos vida, hace que nuestros movimientos sean más lentos. No obstante, no podemos decir que la dificultad sea alta. Este título está diseñado para no suponer un reto y que se pueda disfrutar de la historia sin mayor preocupación que la de los hechos que se cuentan.

Frente a estos enemigos disponemos de una linterna con la que podremos enfocar a los distintos puntos débiles y eliminarlos. Una mecánica que recuerda a otro título interactivo de terror como Alan Wake. Esta herramienta nos servirá también para dar energía a determinados objetos o eliminar unos ojos gigantes que surgen de vez en cuando ante nosotros y poder así desbloquear el camino gracias al haz de luz, siempre que dispongamos de batería suficiente, sino habrá que buscar nuevas recargas. Sally además cuenta con un pequeño extintor con el que congelar temporalmente a las criaturas y abrir nuevas rutas.

No obstante, la mejor estrategia en ocasiones es el sigilo mientras se aprovecha los elementos del entorno para ocultarse de la vista de los enemigos. Un marcador blanco indicará que hemos llamado la atención de algo. Si se vuelve amarillo significará que nos ha percibido e irá a investigar nuestra última posición conocida, mientras que si es rojo será que han detectado a Sally claramente e irán corriendo a atacarnos por lo que nuestras únicas opciones serán escapar o enfrentarnos a ellos con la linterna.

En Gylt no faltan jefes al final de cada área que exigirán estudiar sus patrones de ataque y contrarrestarlos sobre todo gracias a objetos ubicados por el escenario. Estos enfrentamientos ofrecen un punto de novedad frente a la escasa variedad de enemigos.

El juego, doblado perfectamente al castellano y con un apartado sonoro que hace las delicias a la hora de introducirte en la atmósfera de Gylt, puede completarse perfectamente en siete horas, duración que alcanza las diez horas si nos dedicamos a recoger coleccionables en forma de documentos que cuentan la historia de un par de personajes que por motivos de spoiler no vamos a revelar. Igualmente, la recolección de unas esferas diseminadas por los escenarios y que debemos colocar en lugares específicos, nos permitirá obtener unos tickets y lograr así uno de los tres finales, por lo que, si se quieren ver todos, la rejugabilidad es obligatoria.

Enemigos, historia, clases llenas de pintadas, maniquíes representando escenas como varios señalando a uno arrodillado en el suelo u obligando a meter su cabeza en el inodoro, ojos enormes que no dejan de mirar nuestros movimientos. Todo en Gylt está diseñado para que el usuario experimente las situaciones propias del acoso escolar en un juego que, más allá del entretenimiento, tiene un componente de gamificación. La idea es que el jugador empatice con los personajes de una historia en la que no todo es lo que parece y que, conforme se vaya arrojando luz a los hechos, nos dará mucho que pensar.

Con todo en cuenta, Gylt no deja de ser una terrorífica crónica de la situación que cada vez más jóvenes viven en el aula a diario, donde desde hace tiempo y para estos estudiantes el principal miedo no son tener al día la tarea ni hacer bien los exámenes. Una realidad que provoca más terror que cualquier obra interactiva.


Deja un comentario